25 de abril de 2024

Silva y Sarasti, como profesionales al torneo que les vio crecer

Silva y Sarasti, como profesionales al torneo que les vio crecer

Marta Silva y Juan Francisco Sarasti, ganadores de la primera edición disputada en La Manga Club en 2004, vuelven a participar en la Final Lacoste Promesas que este fin de semana tiene lugar en La Sella Golf Resort, en Dénia (Alicante).

 

En La Sella, Sarasti dará los consejos que hace once años recibió de Olazábal, Jiménez y Garrido: «Lo he estado pensando: tuve la suerte de estar con grandes jugadores y Lacoste me ha dado la oportunidad de transmitir la pasión e ilusión que ellos me transmitieron, sobre todo, a ser respetuoso con los demás».

«Me ha hecho mucha ilusión que me inviten. Ganar la primera edición de Lacoste Promesas fue increíble. El premio es lo que más recuerdo: el viaje a la Copa del Mundo fue un regalazo. Había tenido la oportunidad de jugar con Olazábal y a Jiménez le conocí en La Manga Club, pero ver de cerca y compitiendo a Sergio García, Donald, Casey, Cabrera… que tantas veces había visto en televisión, me fascinó. El último día fue un espectáculo, Sergio y Miguel Ángel tuvieron opciones hasta el final: a mitad de la vuelta los ingleses parecían inalcanzables, les llevaban 4 ó más golpes de ventaja y los españoles empezaron a jugar muy bien, creo que los británicos se fueron al agua en el 16 y se pusieron a un golpe a falta de un hoyo. Fue increíble: Marta y yo con nuestros padres, en Sevilla, en una Copa del Mundo y España con posibilidades de ganar… Nunca lo olvidaré», recuerda el guipuzcoano.

silva

«En La Manga Club jugué una gran vuelta y tengo en mi cuarto la foto celebrando el eagle del 18, un recuerdo maravilloso. A quien más atención presté fue a Olazábal, mi ídolo, que siempre inculca humildad, respeto, trabajo y constancia, y es reconocido por todo el mundo. Yo procuro seguir sus consejos: si eres chulo y prepotente no tienes nada que hacer en un deporte de caballeros como el golf; intento ser respetuoso, que también me lo han enseñado en casa; hay que trabajar mucho, el talento te sirve para sacarte de un apurillo pero nada más; y jugar con ilusión, me considero un jugador pasional y disfrutar mucho con lo que hago ayuda a que me dedique a ello».

«En 2013 me hice profesional con 25 años, después de licenciarme en Marketing. A los 18 no tenía nivel suficiente y tampoco lo tenía claro. El golf me gustaba mucho pero en casa me dijeron que debía estudiar, pues, ¿qué iba a hacer con mi vida en el caso de tener una lesión? Debía prepararme otras salidas. Con la ayuda de la Federación Española y el Consejo Superior de Deportes intenté compatibilizar la carrera sin perder torneos como el British Amateur. De aquella etapa recuerdo la ilusión que me hizo ganar la Copa Barcelona y ver mi nombre junto a jugadores como Sergio García; la Copa Andalucía supuso un salto de calidad, y fue muy especial el oro en el Campeonato del Mundo Universitario con Carlos Pigem, Jacobo Pastor y Scott Fernández; yo conseguí la plata individual. El torneo decisivo fue el Grand Prix des Landes 2013 haciendo muy buenas vueltas delante de mi familia y amigos, entonces consideré que ya estaba preparado y me pasé a profesional».

«Fallé la Escuela del Tour Europeo y gracias a pertenecer al Pro Spain Team pude jugar el Challenge, un circuito muy agresivo en el que aprendí a rodarme y a cómo enfocar los torneos, que se juega de manera distinta. También aprendí a no rendirme nunca, a no tirar ningún golpe porque un golpe puede ser todo. El primer año pequé de ansia, no fui paciente y quería que las cosas saliesen deprisa. Esta temporada ha sido muy distinta, estoy entrenando con Marta Figueras-Dotti que confía en mí y me ayuda mucho: un Top 3 en La Gomera y varios Top 20 me han asegurado la tarjeta para el Challenge 2016; he bajado la media de golpes haciendo vueltas buenas, dándole continuidad. Ahora los objetivos son totalmente diferentes, ya miro a la línea de arriba y no al corte».

Por su parte, Marta Silva, también quiso dejar sus valoraciones antes de la competición: «Enseguida dije que sí a la invitación, ¡por supuesto! Juan y yo somos muy amigos desde aquel Lacoste Promesas, luego coincidimos en la Blume y ahora entrenamos juntos, ¡las vueltas que da la vida! En La Manga Club nos trataron impresionante y lo pasamos genial, por eso jugué tan bien y gané a Carlota. Yo tenía 14 años y estaba en las nubes. La experiencia de jugar con los profesionales fue una maravilla: me impresionó lo tranquilos que le pegaban a la bola, como si nada, con qué facilidad. Olazábal nos dijo que ésta sería una carrera muy larga y lo importante es que lo pasásemos bien y disfrutásemos; con Jiménez nos reímos mucho, es genial y muy simpático; y Garrido nos enseñó estrategia. Se portaron fenomenal con nosotros. Me moría de vergüenza -¡ya la he perdido!- y ellos tan normales, súper campechanos, no me los imaginaba así. Recuerdo cuando nos dijeron que el premio era ir a la Copa del Mundo, no lo podíamos creer. Fue la primera vez que vi a los profesionales competir en directo y no en la tele; seguimos a Sergio y a Miguel Ángel que jugaban con Casey y Donald, que me encantaba».

«En 2007 me fui a Estados Unidos, hice el último año del cole y me gradué en Comunicación por la University of Georgia. Volví en 2012 y tenía bastante claro pasarme a pro; ese verano jugué con el equipo nacional y en septiembre fui a la Escuela del LPGA, pasé la primera fase pero no la segunda. En diciembre saqué tarjeta condicional del LET y aunque jugué bastante, volví a probar suerte al LPGA llegando hasta la final, pero me quedé justo en la condicional y fue muy complicado: entré en cuatro torneos y sólo pude jugar uno, te avisan un día antes cuando estás a muchas horas de viaje y no llegas a tiempo. Decidí quedarme en América y jugar el Symetra Tour, bastante durillo y una experiencia difícil. Allí no tengo casa y me convertí en nómada con la maleta y la bolsa a cuestas. Al final del 2014 volví de nuevo a la Escuela del LPGA con Juanito (Sarasti) de caddie y me fue regular, no jugué bien y no conseguí nada. Volví al Symetra hasta que me dije: «se acabó, no puedo continuar arrastrándome, me vuelvo a casa». Pasé un mes sin competir. Luego probé el Letas aunque mi juego no estaba muy allá, era más que nada una toma de contacto para intentar volver a disfrutar del golf en buen ambiente, a veces competíamos hasta 12 españolas y fue importante volver a ver amigas de toda la vida».

«De mi etapa amateur me hizo mucha ilusión ganar el Campeonato de España Cadete 2005 en play-off a Carlota, era la mejor, parecía imposible y pensé: «igual yo también puedo ser buena». Terminé segunda individual en el Europeo 2011 y aprendí mucho, iba ganando y me puse muy nerviosa. En Georgia pasé los cuatro mejores años de mi vida en cuanto a juego y me nombraron ‘Jugadora del año’ de todas las universidades por mi regularidad».

«Ahora entreno con Marta Figueras-Dotti, estoy jugando bien y otra vez con ganas, recuperando confianza poco a poco y sintiéndome más cómoda y centrada en mi juego. A los finalistas Lacoste Promesas les diré que se lo tomen con muchísima calma, que lo pasen bien y disfruten, eso es lo más importante. Que no les pase como a mí, que llegó un punto en el que no disfrutaba ni lo pasaba bien, jugaba por jugar pensando en el resultado más que en el golf. Así, no se llega a nada en este deporte».

El viernes día 4 a las 08:30h, Olazábal, Muñoz, Silva y Sarasti entrenarán junto a los 24 finalistas. A continuación saldrán a jugar. La Final tendrá lugar sábado y domingo a 36 hoyos Medal Play.

Finalistas Lacoste Promesas 2015

Elena Arias, Amaia Ubide, Raquel Montañés, Marta García Llorca, Dana-Helga Puyol, Águeda Cortilla, Judith Castro, Laura Fonseca, Dimana Viudes, Patricia Martín, Patricia Garre, Blanca Fernández García-Poggio, Ignacio Puente, Pablo Hualde, Hugo Canet, Jon López-Lanchares, Agustí Quinquilla, David Puig, Albert Boneta, Quim Vidal, Nacho Montero, Jorge Girona, Álvaro Puchades y Jaime Malaver.

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