28 de marzo de 2024

Jon Rahm, testigo del retorno del mejor Tiger Woods en The Masters

Jon Rahm, testigo del retorno del mejor Tiger Woods en The Masters

Jon Rahm ha terminado en séptima posición en esta 83 edición del Masters de Augusta, y lo ha hecho con la mejor tarjeta de la semana, de 68 golpes, y un total de -10, muy cerca del milagro. En la tarde de este domingo llegó a ponerse a un golpe de los líderes, que en ese momento, cuando Jon embocaba el birdie del 13, eran Francesco Molinari y Tiger Woods

»Tanto como un milagro no. Sabía que era muy difícil. Iba mirando el marcador, es inevitable, y por un momento me puse a un golpe, pero me han faltado un par de birdies y sobre todo, la vuelta de ayer que pinché un poco», comentó Rahm, cuyo corazón estaba dividido entre Woods y Molinari. »Me encantaría que ganara Tiger, sería buenísimo para él y toda una historia de la vuelta de un jugador tan emblemático; pero por otro lado, está ahí Francesco que es bueno para el golf europeo y sobre todo por su caddie, Peio, que es un gran amigo», decía desde casa club.

»Otro Top Ten no está mal pero me voy con sensaciones agridulces, contento con el resultado pero un poco triste por no haber tenido opciones de pelear por la chaqueta», añadió.

Por su parte, Rafael Cabrera Bello se reconcilió por fin por el putt y terminó con 68 golpes, una vuelta hoy de cuatro menos: »Ojalá todas las vueltas del Masters de Augusta terminaran con cuatro menos, lo firmo ahora mismo», dijo el jugador canario, que se queda con las buenas sensaciones de haber mejorado hoy con el putt. »Era lo que me estaba fallando toda la semana. De drive he ido muy bien, también con los hierros, pero no estaba acertado en el green. Hoy por lo menos ha funcionado y me voy con buenas sensaciones», dijo.

»Es una sensación extraña, estar jugando la última ronda, acabar por el hoyo 9 y estar oyendo todo el tiempo los gritos en el campo y no estar tú allí, pero bueno. Todo llegará», agregó.

Jon Rahm última ronda en Augusta 2019

Y los gritos que se oían en el campo eran por Tiger Woods. Ha vuelto la leyenda. El que fuera número uno del mundo llegaba a Augusta como uno más de los favoritos. A sus 44 años, tras varias operaciones de espalda y rodilla, con una vida personal y familiar aireada en todo la prensa, subiendo a los cielos y cayendo al más profundo de los infierno, Eldrick ‘Tiger’ Woods siempre es un jugador a tener en cuenta, aunque en August no apareció hasta los últimos hoyos finales de la segunda ronda, tras la suspensión de media hora por tormenta.

No sabemos qué pasó por la mente del Tigre, el caso es que vimos a un nuevo jugador. Siempre desde atrás, sus cuatro chaquetas anteriores las conquistó saliendo de líder en la última ronda, el californiano ha vuelto a romper todas las estadísticas que sobre él se han escrito y suma su quinta chaqueta verde.

Ante sí ha tenido a un digno oponente, Francesco Molinari, 50 hoyos sin cometer un bogey hasta el fallo del 7, del que se recuperó bien, todo hay que decirlo, porque inmediatamente llegó el birdie del 8.

Pero donde ya no hubo misericordia fue con el doble bogey del 12, el par 3 del Amen Corner. Ahí se igualaron las fuerzas con su rival y en ese terreno Tiger no perdonó. Ya tenía ganada la guerra psicológica, luego llegó el festival de birdies que volvió a lucir su color rojo y negro de las grandes ocasiones.

Birdie al 15, birdie al 16 para marcar distancias y aunque quiso acabar con un putt largo para par el bogey era igual de bueno y después llegó la explosión de alegría, los brazos en alto, el grito de guerra, los abrazos, los besos, los gestos de victoria de él y toda su familia y amigos que le esperaban en el green. Eldrick ‘Tiger’ Woods ha vuelto, el mundo del golf le necesitaba, mas ahora convertido en humano.

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