28 de marzo de 2024

Estados Unidos protagoniza una remontada histórica en Royal Melbourne

Estados Unidos protagoniza una remontada histórica en Royal Melbourne

Tiger Woods abrió, con el golpe inicial, la jornada de individuales de la President’s Cup. La cerró con una sensación que le es muy familiar: un trofeo en sus manos.

Fue el último día de una semana muy singular para Tiger. Por primera vez en su legendaria carrera era capitán de un equipo nacional de EE.UU responsabilidad que compaginaba con la de ser jugador, situación que pocas veces se ha dado en competiciones por equipo de este nivel.

Presidents Cup

Fue el mejor jugador de su equipo y este le siguió y confió en una victoria, 16-14 sobre el equipo Internacional, que durante la semana parecía escaparse de la mano de quienes han dominado la competición desde su creación. 

«Es el mismo sentimiento», dijo Woods. «Ganamos.» 

A diferencia de hace dos años, en Liberty National, ganar en el Royal Melbourne no ha sido fácil. Los estadounidense llegaron a los individuales con dos puntos de desventaja. Ernie Els, capitán de los Internacionales, parecía tocar todos los resortes correctos para llevar a su equipo a la victoria, llegaban en una posición inmejorable para poner fin a una sequía que dura veintiún años. 

Sin embargo hay una razón por la que Tiger ostenta el record de victorias, junto a Sam Snead, en la historia del PGA Tour, se niega a perder. 

El domingo ese espíritu impregnó a todo el equipo. Bien es cierto que Tiger marcó la pauta desde el primer golpe, no dejó que el jugador más en forma de los Internacionales, Abraham Ancer, le amargará el día. El mejicano, novato en estas lides, trató de tu a tu al de California en los nueve primeros hoyos, uno arriba para Tiger. En los segundos nueve el mejicano tuvo una mínima oportunidad en el trece, donde con un birdie, dejó las diferencias en un solo hoyo. El fuera número uno del mundo puso las cosas en su sitio con dos birdies consecutivos, tres arriba, y el primer punto en el zurrón. 

Tiger celebró la victoria como si fuera la primera. Abrazó al capitán asistente Zach Johnson y luego se dirigió directamente hacia otro asistente, Fred Couples quien con problemas en su espalda se resistió al abrazo, dio igual Tiger estaba exultante.

Entre tanto un grupo de seguidores estadounidenses comenzó a cantar intentando que Tiger se acercará a ellos. El capitán no pudo resistirse se acercó bailó con ellos y se hizo unos cuantos selfies, poco importaba que el resultado aún les fuera adverso. Se intuía en el ambiente, sobre todo al mirar el marcador cubierto de color rojo, que la remontada estaba en marcha. Las señales estaban allí. Woods no debía ser negado. Tampoco su equipo. Por primera vez, los estadounidenses jugaban para Tiger Woods. Se negaron a decepcionarlo. 

Los norteamericanos ganaron o empataron los primeros cinco partidos del día, finalmente solo cedieron la victoria en dos de ellos. 

La celebración comenzó. Woods fue vencido por la emoción. Las lágrimas comenzaron a caer. Trató de ocultar su rostro con su gorra del equipo. 

Woods ha ganado muchos torneos como jugador. Lloró después de unos pocos pero no después de cada uno. Esta victoria, como capitán, también jugador, ha sido especial. 

Steve Stricker, un conocido derramador de lágrimas: «Me encanta ver llorar a otras personas, especialmente a Tiger Woods«. Luego agregó: «Tiger hizo un trabajo increíble. Fue un privilegio, y lo mantendremos en nuestras mentes para siempre «. 

Tiger, el jugador, fue imbatible esta semana. Tiger el capitán puede haber sido aún mejor. 

«Todos miraremos hacia atrás y tendremos estas fotos colgadas en nuestras paredes y diremos que jugamos para y junto a Tiger Woods, el mejor jugador de la historia», dijo Matt Kuchar. «Fue increíble».

 

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