24 de abril de 2024

¿Cómo es el día a día de un jugador Blume?

¿Cómo es el día a día de un jugador Blume?

Desde la Real Federación Española de Golf nos cuentan cómo es el día a día de uno de sus principales centros de creación de campeones, la Escuela Nacional Blume, en concreto la de León, que supone un importante foco para el crecimiento de jugadores que, en unos años, participarán en torneos del máximo nivel nacional e internacional

Para conocer cómo es el funcionamiento de este cetrno de alto rendimiento, la Real Federación Española de Golf ha hecho una especie de diario, de cuaderno de bitácora, con todas las actividades que realizan a lo largo del día, para que conozcamos de primera mano cómo es su preparación, a qué dedican el día y cómo se forman en golf y otras materias.

Este es el resumen:

Son las 08:30 horas de un día normal en la Residencia del Colegio Leonés. Suena el despertador para Javier Barcos, Adriana Iribarren, María Villanueva, Tomás Beguiristain, Esteban Vázquez y Joseba Torres, los seis integrantes de la Escuela Nacional Blume de León. Saben que por delante tienen una intensa jornada de estudio, preparación física y, cómo no, golf. Son chicos y chicas que han dejado temporalmente sus casas para vivir una aventura apasionante. De la mano de María Villanueva vamos a compartirla con ellos.

Estudio y golf, grandes protagonistas

Estudio y golf son los protagonistas, casi ‘fifty-fifty’ del día a día de nuestros chicos leoneses, una rutina que se altera considerablemente cuando están inmersos en una competición. Entonces sí, el golf copa casi toda la atención de los chavales.

Pero volvamos al día a día. La jornada se divide en una mañana de clases y una tarde de golf, con una hora por la noche para reforzar los conocimientos académicos aprendidos durante la mañana. »Es una rutina dura, especialmente durante el primer trimestre. Te tienes que acostumbrar a estudiar por la noche y a llevar unos horarios con los que no estás familiarizada, pero te acostumbras si te organizas», explica María Villanueva, una jugadora que está yendo a más en estos últimos meses, como se desprende de sus resultados.

Tanto es así que ya tiene atado su futuro en la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, para el próximo curso. Es ambiciosa, y sabe que ir a la Escuela Nacional Blume ha sido el mejor paso para su carrera académica y deportiva. »Estar aquí tiene muchísimas cosas buenas, y una de ellas es que te prepara para continuar tu carrera en Estados Unidos más adelante. Haber salido antes de casa te ayuda en la adaptación», cuenta.

Logo escuela nacional Blume

Organización, esa es la clave

Estos horarios estrictos, y la exigencia de tener que estar cien por cien implicado en cada una de las tareas, requieren de una perfecta organización por parte del alumno. »Esa es la clave, organizarse. Si te organizas, todo va bien, los estudios y el golf. Porque si vas a remolque con una cosa lo acabas acusando», indica María, una de las veteranas de la Blume leonesa.

Ella sabe perfectamente lo importante que es contar con el apoyo de los compañeros en los primeros meses en el centro. Alguien que te explique estos truquillos para una feliz adaptación, que en el fondo es un banco con cuatro patas: los estudios, el trabajo técnico, el físico y la relación con el entorno (compañeros, tutores, entrenadores,…). Si todas funcionan, la experiencia acabará siendo inmejorable.

Uno de los aspectos en los que más cambio notan los recién llegados es el de la preparación física, que corre a cargo de Álvaro Gil. »Antes de venir aquí no estábamos acostumbrados a hacer tanto físico. En las concentraciones del Comité Técnico Juvenil nos decían cómo trabajar, pero hasta que no llegas aquí y lo haces a diario no notas la mejoría tan grande que hemos experimentado. Yo he progresado mucho en este sentido, tengo el tren inferior más estable, y eso repercute en mi juego», argumenta María Villanueva.

Antes de hacer ese trabajo, los integrantes de la Escuela Nacional leonesa entrenan las distintas facetas del juego con el técnico Jorge García y el apoyo de Alberto Díaz Bravo en las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de León. Allí coinciden con otros deportistas de primer nivel, algunos de ellos olímpicos.

Al final del día, llega la necesaria cena y el rato para estar con los amigos de la residencia. Momento de relax y descanso tras una jornada tan intensa como provechosa. »Esta experiencia merece mucho la pena. Además, el hecho de no tener mucho tiempo libre hace que las vacaciones las disfrutemos el doble», resume la jovial María Villanueva, una afortunada que está viviendo su sueño con la pasión que se requiere.

Jornada diaria de trabajo

08:30-09:00 Desayuno

09:00-14:00 Clases en el Colegio Leonés

14:00-14:30 Comida

15:00-17:30 Entrenamiento técnico en el Club de Golf de León

18:00-20:00 Entrenamiento físico en el CAR de León

20:30-21.30 Hora de estudio

21:30-22:00 Cena

 

Foto y fuente: RFEG

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