19 de marzo de 2024

Balmaseda-Cañizares dupla líder en Santa Marina

Balmaseda-Cañizares dupla líder en Santa Marina

Partido y liderato compartido en la primera ronda del XXVII Campeonato de España de la PGA-Premio Liébana 2017 para Carlos Balmaseda y Gabriel Cañizares en el siempre exigente escenario de Santa Marina.

Los dos golfistas concluyeron con 67 golpes (-4) uno de ventaja sobre el madrileño Pablo Herrería, que en el que era su hoyo 9 (el 18 del recorrido) cometió un doble bogey inesperado, aunque al final todos los jugadores terminaron por penalizar en una u otra parte del recorrido y sólo seis de los 120 participantes terminaron bajo el par del campo.

«La clave ha estado en el green: he pateado como hacía tiempo que no lo hacía y al final sé que Gabi no está contento porque le he empatado» valoraba Balmaseda, al tiempo que Cañizares comentaba que había estado jugando muy bien hasta que se le ha empezado «a gastar la gasolina. Es un campo muy tenso, greenes muy difíciles, tienes que apurar mucho desde el tee. No tienes un minuto de respiro». 

Peores resultados tuvieron las mujeres en San Vicente de la Barquera, qya que ninguna consiguió bajar del par, siendo la mejor María Beautell, con 73 golpes y uno menos que Adriana Zwanck

En ese mismo hoyo naufragó José María Olazábal quien, después de fallar el driver, tuvo una bola injugable, por lo que tuvo que dropar y su bola cayó al agua, a lo que tuvo que sumar dos putts (ocho en el marcador de ese hoyo)

«El juego no ha estado bien, regular sin más; no estoy nada contento ni encuentro lo que quiero hacer con la bola, además de ese tropiezo en el hoyo 4 que me ha estropeado una vuelta que hasta ahí no estaba mal del todo, pese al juego errático. Ahora me voy a la cancha de prácticas a ver si puedo arreglar algo», comentaba el propio Olazábal.

Aunque sin duda, la nota destacada del día la puso Juan Postigo. El campeón de España de Golf Adaptado, dio una lección al jugar los 18 hoyos sin buggie, sólo con el apoyo de sus dos muletas y de un gran corazón. Sudoroso y cansado, llegaba a la entrega de tarjetas al filo de las 9 de la noche. «No sé si es que se me ha ido la cabeza al final y he decidido jugar sin buggey; además me encontraba con fuerzas para hacer los 18 hoyos, pero es verdad que la subida de mi último hoyo, la cuesta del 9, se me ha hecho muy cuesta arriba».

«No sé si lo voy a repetir. Ha sido muy duro, pero sí; lo más seguro es que juegue  andando. Pese a que he hecho muchas, 85, esta es una experiencia inolvidable; muy exigente pero única al compartir una ronda con estos profesionales».

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