El tiempo acompañó, el campo estaba presentado en perfecto estado y eso lo aprovechó Justin Harding para, en la primera jornada del Tshwane Open, colocarse con 63 golpes para un total de -7.
Todo indicaba que la jornada iba a ser propicia para tarjetas bajas pero nada que ver, puesto que únicamente 22 jugadores fueron capaces de rebajar el par del campo, dando una muestra más de lo exigente que es cada una de las paradas del European Tour.
Harding llegaba a Sudáfrica tras haber caído en los cortes de las tres primeras pruebas, resultados nada prometedores pero, por el momento, parece que no se repetirá, dado su buen hacer sobre el campo. Ocho birdies y un único bogey en su tarjeta peuden haberle dado ese plus de confianza necesario para abordar con mayor calma los torneos.
«Esta vuelta era lo que necesitaba para coger confianza porque llevo una mala racha. Hacía tiempo que no lideraba y es una gran sensación… a ver si puedo hacer que dure; este campo no tiene nada de fácil, no es largo, pero tienes que ponerte en posición. Los greenes son movidos y hay que estar del lado bueno, y tampoco puedes sacar tanto partido a los pares cinco porque son largos, así que hay que saber mover bien la bola y aprovechar las oportunidades cuando llegan», comentaba ya en la Casa Club.
Los cinco primeros clasificados son sudafricanos: Anthony Michael 2º con -6, Theunis Spangenberg 3º con -5, Jaco Van Zyl, 4º con -4 y Merrick Bremner, 5º con -3 además del líder, mientras que el mejor clasificado de los tres participantes españoles es Pablo Martín (+1).
Por su parte, Adrián Otaegui y Borja Virto han empezado con +4.
