Bradley terminó su ronda embocando para eagle desde noventa metros en la calle del nueve, sobre un profundo búnker hasta el elevado green. El golpe le dejó sin aliento hasta que vio a los aficionados saltar de sus asientos. Eso le dio un 66 y el mejor paseo cuesta arriba en Innisbrook.
«He convertido un buen día en un gran día», dijo Bradley. «Hombre, fue un día divertido. Y qué manera de terminar. Fue una explosión».
Bradley y Burns se sitúan en 12 bajo, y su juego en la calurosa tarde en el campo de Copperhead les dio un pequeño colchón antes de comenzar el fin de semana.
Lucas Glover (65), Charley Hoffman (66) y Max Homa (68) estaban a cuatro golpes. Sólo 10 jugadores estaban a cinco golpes del liderato a lo largo de 36 hoyos.
Bradley, cuyo putt de par más largo fue de 1 metro en su ronda de apertura sin bogeys, comenzó con dos birdies, rápidos, antes de quedarse corto en el green del hoyo 12 y hacer su primer bogey. Los birdies fueron difíciles de conseguir el resto del camino, pero lo compensó con un solo swing.
Con la empinada colina, jugó el golpe de 100 yardas como si fuera de 119, y luego añadió 6 yardas para tener en cuenta un poco de viento. Fue un gap wedge. «Un golpe perfecto«, dijo.
«No puedes ver el green desde ahí abajo, así que tienes que esperar la reacción del público», dijo. «Y cuando todo el mundo levanta los brazos, normalmente significa que entra. Así que otra ventaja de tener a los aficionados aquí. Lo hace mucho más emocionante para todos».
Burns tenía una ventaja de un golpe después de 54 hoyos en el Houston Open en noviembre y cerró con un 72 para empatar el séptimo. Tenía una ventaja de dos golpes en Riviera al entrar en la última ronda y tiró 69 para terminar a un golpe de un desempate ganado por Homa.
«Para mí es simplemente mantener lo que he estado haciendo, tener un buen plan de juego al entrar en el día», dijo. «Sé que durante el fin de semana habrá algunos desafíos, y estoy emocionado por la oportunidad».
Quien no tendrá esa oportunidad será Phil Mickelson. El cinco veces campeón de un major dijo que está luchando por mantener la concentración, o por recuperarla después de las distracciones del público, como el sonido de un teléfono. Hizo un bogey en dos de sus tres últimos hoyos para hacer un 69 y no pasar el corte por un golpe.
Más lejos del corte quedó Rafa Cabrera-Bello tras entregar una tarjeta de 74 golpes el viernes.
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