En esta edición número 98 del PGA Championship, el número uno del mundo, Jason Day, no se lo puso nada fácil a Jimmy Walker, líder de principio a fin de la prueba y que consiguió, con varios golpes magistrales con el putt, hacerse con el cuarto y último grande del año.
Con un acumulado de -14, a uno del australiano, y con una tarjeta de 67 impactos (tres bogeys sin fallos), hacía suyo el recorrido de Baltusrol con la máxima autoridad posible, desbordando talento, control de los hoyos y aliándose con la diosa fortuna en los escasos momentos en los que ha necesitado ese ápice de suerte.
Y todo ello con Jason Day respirándole en la nuca, demostrando su condición de líder del ranking y de defensor del título, con dos hoyos en los que intentó forzar el desempate con golpes magistrales (sobre todo el eagle en el 18), ante los que no se amilanó, e incluso respondió Walker, como una sacada de bunker directa al agujero del 10 para levantar los aplausos del público.
Con todo este espectáculo también hay que destacar otros nombres que han dejado buena imágenes sobre el campo: por un lado Daniel Summerhays, quien se quedaba con la tercera plaza tras una ronda de 66 que le hacía ganar cinco puestos, Jordan Spieth, quien se quedaba en el puesto 13 con un último recorrido de 68, o Soren Kjeldsen y Joost Luiten, con las mejores vueltas del día (65), para ascender 33 posiciones.
Quienes cayeron posiciones fueron Henrik Stenson (71 y T7), Rickie Fowler (70 y T33) o Bubba Watson (71 y T60).
En cuanto a Rafa Cabrera-Bello, este terminaba en el puesto 49 con 67 golpes, su mejor vuelta, en un torneo de aprendizaje en elq ue no comenzó muy bien pero donde poco a poco se ha ido encontrando a sí mismo y al campo.
Con esta victoria sigue ampliándose un dato curioso y es que en los cuatro Majors celebrados este año, no solo no se ha repetido ganador sino que los que lo han hecho (Danny Willet, Dustin Johnson, Henrik Stenson y ahora Jimmy Walker) lo han conseguido todos por primera vez en sus carreras.
