24 de abril de 2024

MASTERS: Se obró el milagro

MASTERS: Se obró el milagro

La casa de Will Jones, el Gran Jefe de la Televisión de Augusta National, está situada en uno de los mejores barrios de la ciudad georgiana. Se nota que está preparada para celebrar eventos, y que año tras año agasaja a los delegados de las televisiones de todo el mundo cada edición del Masters.

Aquella apacible noche del sábado 13 de abril de 2019, con motivo de la recepción anual que nos ofrecen, tuvimos la fortuna de hablar con muchos de los allí presentes, pero especialmente lo hicimos con los de la televisión ASAHI japonesa, con los que compartimos mesa y mantel. Gente amable, muy educada, y con los que pasamos un rato muy agradable.

A los postres, surgió el tema estrella: “Who will win tomorrow”? Flotaba en el ambiente toda la semana una sensación extraña. Algo especial podía suceder. Yo, ni corto ni perezoso, no lo dudé. Y respondí a mi homónimo nipón, “Tiger will win”. Y el milagro sucedió. Lo demás, ya saben, está contado en este mismo medio (ver en el archivo mi aportación “Yo estuve allí”).

Ayer domingo, en casa, mientras escribía “Masters día 3”, entre enfado y enfado por lo sucedido con la señal de televisión el sábado, sentía un cosquilleo. Sentía algo similar a lo que sentí esa semana, pero especialmente la noche antes de la cuarta jornada.

Me decía mi abuela Balela que los gallegos somos seres especiales, con un sexto sentido y una percepción extra sensorial distinta. Creemos en las meigas y en la Santa Compaña. Tenemos algo de brujos. Hacemos queimada en la playa y bailamos a la luz de la luna. No sé si mi abuela tenía razón o no, pero siempre la creí.

No caí inicialmente en ello, pero cuando salió publicada mi aportación de ayer, de repente, lo vi. 6-6. Seis sobre par en seis hoyos. ¿por qué ese título? ¿Qué extraña coincidencia me había llevado a desarrollar mi aportación sobre la base de una vuelta de golf? ¿Por qué coincidió 6-6?

Jon Rahm

Andaba dándole vueltas al tema, hasta que encontré el por qué. Seve habría cumplido ayer 66 años. Seve que está en los cielos, y que de vez en cuando, entre vuelta y vuelta en Heaven Links GC, interfiere con los astros para que sucedan las cosas (Milagro de Medinah, Masters de Sergio, y ahora el Masters de Jon).

Su espíritu revolotea por donde vamos. Todos nos preguntan o nos cuentan o nos dicen algo sobre EL. Es el mejor embajador del golf español, aunque haga ya muchos años que se marchó. Su mensaje, su legado, su inspiración, siguen ahí.

Ayer Jon Rahm consiguió la primera de lo que parece que serán varias chaquetas verdes en Augusta. Y Seve estaba ahí para verlo, desde arriba, y sonreía. Y aplaudía. Y se abrazó con Jon y Jose Mari en el green del dieciocho.

No sé cual es el tope de Jon, pero van dos Grandes ya. Seguro que en su fuero interno ya está pensando en el siguiente. Sería bonito que el siguiente fuera el Open Championship, el torneo preferido de Seve junto con el Masters.

Jon llegara a Hoylake, (Royal Liverpool GC), encumbrado por lo logrado desde que el Acciona Open de España cambiara la tendencia de un verano no demasiado remunerador. Desde entonces, Madrid, Dubai, Kapalua, La Quinta, Los Ángeles y ahora Augusta, han sucumbido a sus pies, a su andar decidido y a su swing potente.

Jon es un ganador nato en Augusta. Es el mejor “Ball striker”, la estadística que mide la distancia y seguridad desde el tee y los tiros a green, de los últimos siete años en el acumulado del PGA Tour. La estadística que determina el Masters. La más importante en Augusta. Si Jon no pierde su efectividad en este segmento del juego, será cuestión de putt y de un par de momentos de fortuna a favor, que consiga alguna victoria más.

Basta con ver la clasificación para darse cuenta. Tres ganadores de Masters en el top five, Mickelson, Spieth y Reed. Cuatro en top ten, si sumamos a Scheffler. Augusta reconoce y premia a sus Miembros de Honor año tras año.

Augusta reconoce a partir de ahora a cuatro españoles: Severiano Ballesteros, José María Olazábal, Sergio García y Jon Rahm. España es muy afortunada por tenerles a ellos cuatro. Somos la envidia del golf mundial.

Lo somos porque en España se obra el milagro, y en Augusta, ayer, se obró uno más. Y quedan unos cuantos……

Gracias a todos y hasta la próxima.

 

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