Así que abran sus paraguas, y prepárese para que los mejores jugadores del mundo sufran con sus hierros largos sobre el agua, ya que el Arnold Palmer Invitational vuelve a Bay Hill por cuadragésimo cuarta vez.
En la década de 1970, surgió una atracción mágica en la zona de Orlando bajo la dirección de una de las figuras más célebres del siglo XX en Estados Unidos. Se trataba del Bay Hill Club & Lounge, propiedad de Arnold Palmer.
La historia de Bay Hill se remonta, en realidad, a un poco antes de la compra por parte de Palmer. Antes de que Walt Disney comenzara a estudiar la zona de Orlando para Walt Disney World. Dick Wilson diseñó dos campos de nueve hoyos – Champion y Challenger – que se inauguraron en 1961. El campo se sembró con Tifway Bermuda, convirtiéndose en el primer campo de golf del mundo en utilizar esta superficie ahora icónica.
Tras el fallecimiento de Wilson en 1965, Bob Simmons diseñó otros nueve hoyos, el Charger, que elevó Bay Hill a 27 hoyos.
Por esta época, Palmer se encaprichó de la propiedad. En 1965, Palmer visitó Bay Hill para jugar y ganar un torneo de golf benéfico. Según cuenta la historia, Palmer volvió a casa inmediatamente después y le dijo a su mujer Winnie que quería comprar el campo. En 1970, alquiló el club por cinco años con una opción de compra.
Tras hacerse con la propiedad total en 1975, Palmer añadió sus propios toques al campo y, en 1979, el Florida Citrus Open se trasladó del cercano Rio Pinar Country Club a Bay Hill. Los campos Champion y Challenger se combinaron para formar los 18 hoyos del Bay Hill para el Citrus Classic de 1979 y, desde entonces, el campo ha albergado el Arnold Palmer Invitational.
Durante la última década y media, encabezada por un rediseño en 2009 dirigido por Palmer, Bay Hill ha afilado sus dientes. Desde 2007, sólo tres ganadores del Arnold Palmer Invitational han terminado con una puntuación de 14 bajo o menos. En 2020, con Tyrrell Hatton ganando con 4 bajo par y sólo cuatro jugadores terminando bajo par, Bay Hill se situó como la parada más difícil del PGA Tour con un resultado medio de 2,1 sobre par.
Una de las marcas del rediseño de 2009 es el hoyo 2 de par 3, que constantemente se juega como uno de los hoyos más difíciles del campo (su promedio de puntuación de 3,2 en 2021 fue el más alto entre los pares 3 de Bay Hill). Al rediseñar los 18 greens, Palmer hizo girar el segundo green 30 grados en el sentido de las agujas del reloj y alargó el tee de salida . Esto crea un tiro cuesta abajo desde una distancia de 245 yardas, con un green mayormente horizontal lo suficientemente inclinado como para soportar hierros largos o maderas.
Con esto se van a encontrar esta semana Jon Rahm y Sergio García que compartirán partido con Sam Burns.
