Llega el bombardero, llega Brooks Koepka. Reaparece el que fuera número 1 del mundo, con muchas dudas lógicas respecto a su rendimiento pero con las ganas intactas y a un nivel muy alto.
No sabemos cómo estará, aunque lo más lógico sería que no estuviese para pelear en la parte alta, porque la inactividad ha de notarse y, sobre todo, porque lo más normal es que juegue con los cinco sentidos puestos en no volver a lesionarse y más en terminar con buenas sensaciones.
El jugador de Florida tuvo que someterse el pasado año a un tratamiento en su pierna izquierda tras sufrir un desgarro en el tendón rotuliano; reapareció pero un fatídico resbalón provocó que se rompiera totalmente un ligamento de la rodilla izquierda. Parón de unos meses tras el cual volvió a la competición pero, por culpa de apoyar mal por miedo, una dolencia se le reprodujo en la cadera izquierda y le obligó a otro parón, quiza este más doloroso porque le dejó sin participar ni en el US Open ni en los playoffs de la FedEx Cup.
Hace apenas un mes, y tras mejorar sus sensaciones, recibió de nuevo terapia con plasma en su rodilla y con cortisona en la cadera para aliviar los dolores y recuperar la movilidad; eso le ayudó a empezar a tocar bola hace dos semanas, a volver a sentir los palos.
El problema que se le presenta ahora es el siguiente: ¿llega su cuerpo al 100? ¿Aguantará la cadera y la rodilla? Esperemos que sí y que sus problemas físicos no vayan a más y le obliguen a pasar por el quirófano y, esta vez sí, perderse muchos torneos y meses de competición.
