Normalmente, el factor cancha siempre es decisivo en la Ryder Cup pero no ha sido así en la primera jornada, en la que ha habido dos nombres propios: Europa y Jon Rahm.
El de Barrika ha sido más león que nunca, ha rugido y ha cerrado el puño, gritando y encendiendo la ilusión del Viejo Continente gracias a dos victorias en el primer día de competición para un marcador global de 2,5-5,5 y aunque ya se sabe que esto no es cómo empieza, sino cómo acaba, el primer golpe ya está dado.
Ni la visita de Donald Trump, presidente norteamericano, ni el empuje y el griterío del público local pudo despertar a los suyos, que vieron cómo la mañana se les complicaba y en la tarde quedaban aturdidos.
En los duelos matinales, Europa ya dominaba 1-3 gracias a los foursomes, históricamente favorables, logrando casi el pleno de puntos. Por el túnel aparecieron Bryson DeChambeau y Justin Thomas, dos de los pesos pesados de EE. UU., y para contrarrestar su juego, Rahm y Tyrrell Hatton. Tras unos hoyos de estudio mutuo, Thomas regaló el 7 y el español consiguió hacerse con el 8, acabando finalmente con un 4&3 en lo que suponía la tercera victoria en sus tres primeros foursomes juntos.
Continuarían después las malas noticias para los locales con el 5&3 de Ludvig Aberg y Matt Fitzpatrick ante el número uno del mundo, Scottie Scheffler y Russell Henley, un golpe mayúsculo, y se alargaría con la victoria de dos clásicos, Rory McIlroy y Tommy Fleetwood (5&4) ante Collin Morikawa y Harris English.
El marcador de EE. UU. estaba en blanco total hasta que lo maquillaron ligeramente Xander Schauffele y Patrick Cantlay merced a un 2up sobre Robert MacIntyre y Viktor Hovland, pero la esperada remontada no llegó y Europa siguió a lo suyo, percutiendo.
Por la tarde, en los fourball, Jon Rahm volvió a aparecer en primera posición, esta vez acompañado de Sepp Straka para vencer por 3&2 adivinen a quién, sí a Scheffler (lleva 0-2 en el primer día), y a JJ Spaun.
Tommy Fleetwood y Justin Rose ampliarían la renta para Europa en detrimento de Ben Griffin y Bryson DeChambeau (1up) y luego Cameron Young y Justin Thomas obtendrían el segundo punto para los de las barras y estrellas frente a los menos experimentados del combinado europeo, Ludvig Aberg y Rasmus Hojgaard (6&5).
Empatarían Sam Burns y Patrick Cantlay con Rory McIlroy y Shane Lowry y con ello se pondría el punto final al día. Europa salía con sonrisa y los deberes hechos, Estados Unidos con trabajo por delante y con necesidad de recomponerse.