El combinado europeo se llevó, gracias a las dos primeras jornadas de demostración absoluta de golf, una Ryder Cup más que merecida. Golpe a golpe y hoyo a hoyo, consiguió hacerse con el definitivo 13-15 que hacía que el dorado título volviese en avión al Viejo Continente.
La alegría de los jugadores era merecida y se desató en el autobús, en el propio avión y en el campo nada más terminar.
No hay más que ver los vídeos que la cuenta de la Ryder Cup de Europa colgaba en sus redes sociales, con cánticos de ‘Europe is on fire’ o de ‘Rory is in your head’, descorchando botellas de champagne y brindando una y otra vez con aficionados y entre ellos.
La música y el ambiente invitaban a celebrar por todo lo alto y los jugadores lo dieron todo.