29 de abril de 2024

El golf, disciplina para la inclusión social

El golf, disciplina para la inclusión social

El golf ha mostrado de nuevo su mayor apoyo con los que lo necesitan, en esta ocasión de la mano de Nora Godfinger, quien ha creado una escuela para niños y adolescentes con alguna discapacidad intelectual.

‘Heme aquí’ es el nombre de la escuela creada por Nora Goldfinger quien, a partir de este deporte, busca proporcionar una gran inclusión social a los que lo necesitan.

Personificada en su propia persona, Nora buscaba un método para que su hija Vanina, quien sufre Síndrome de Down, lograra una mayor adaptación y respuesta a los estímulos, tal y como comentan los compañeros del diario Clarín.

Durante un viaje a Estados Unidos, cuando Vanina la acompañaba en un recorrido de golf, Nora se sorprendió por la soltura con la cual su hija impactaba la pelota: «Pensé que si ella podía hacerlo, otros también podrían».

Desde entonces, Nora comenzó a pensar en una escuela gratuita que aprovechara el golf para incluir a personas con necesidades especiales. Gracias a esto surgió en 1999 Heme Aquí, que más tarde multiplicó su presencia en el país y en Sudamérica (hoy hay 4 en Argentina y 2 en Uruguay, que transforman la vida de un centenar de chicos y adolescentes). La principal funciona los sábados de 11 a 13 en el Campo de Golf de la Ciudad de Buenos Aires. 

Como ejemplo, pone a dos chicos muy diferentes a los que al principio les costaba bastante adaptarse: «Sebi, que tiene TGD (Trastorno Generalizado del desarrollo), venía siempre vestido de hombre araña y nunca respetaba las reglas, pero poco a poco fue cambiando. Hoy se integra perfectamente, respeta las reglas y también hace buenos tiros». Po rotra parte, también está Wilson, a quien, con 8 años, su madre tenía llevar sujeto por el campo para que no se escapara. «Hoy es un señor, es muy respetuoso. Y además juega muy bien: le aplauden su drive».

El método Goldfinger

Los valores que el golf transmite se fundaron con pautas pedagógicas para, con los años, dar fruto a lo que Nora patentó como «el método Goldfinger». «Se basa en la comprensión y el razonamiento para poder desarrollar las capacidades», señala. Luego ejemplifica: «No solo queremos que aprendan a pegarle a la pelota, sino también qué palo usar en cada circunstancia».

Entre los recursos que se utilizan, como cintas, colores y ejercicios corporales, uno de los más importantes es la música, el «manual de estudios» del método, el cual va acompañado de coreografías que simulan el swing del golf. «Los chicos aman la música, por eso la aprovechamos con canciones que enseñan de golf pero también de los valores de la amistad y el compañerismo».

Los grandes también disfrutan de los beneficios del programa. Para que un chico pueda acceder a las clases es requisito que vaya acompañado de sus padres y que estos se queden durante la jornada. Esto permite el intercambio entre quienes comparten situaciones similares. Además, se busca fomentar la relación entre padres e hijos a través de encuentros familiares: Cuando los chicos juegan torneos, sus padres son los caddies. «Es bueno que, aunque no sean del mundo del golf aprendan para que puedan percibir lo difícil que es pegarle a la pelota y los avances que logran sus hijos».

Además de padres de hijos, otro grupo sobre el cual tiene impacto Heme Aquí son golfistas de fuera de la escuela. «Cuando juegan con chicos con necesidades especiales se dan cuenta de que ellos tienen buena actitud, que hacen buenos tiros, que se ríen, que cuidan el medio ambiente. Descubren la persona detrás del discapacitado».

El deseo de expandirse

«Usamos el golf como una herramienta espectacular, que tiene un montón de posibilidades, pero sobre todo, lo que sirve es el método, que toma a la persona como una unidad bio psicoespiritual, hace hincapié en trabajar la autoestima y el grupo de pertenencia», explica Nora, cuyo objetivo es compartirlo y que se replique en otros deportes. Hoy, por ejemplo, contribuye capacitando en la organización First Tee de Estados Unidos.

Para esto, abrió la «Universidad Goldfinger», un espacio de educación informal donde ella misma capacita a chicos de la escuela para luego estos puedan transmitir las virtudes del método en colegios y otras instituciones. «Hoy tengo diez jóvenes que estudian materias como el conocimiento de golf, las reglas, pedagogía, filosofía de vida, filosofía de golf», detalla.

Desde Golf Confidencial agradecemos al diario Clarín la publicación de este tipo de noticias y deseamos que Nora siga contando con apoyos para continuar con su gran labor.

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