Partía Jason Day con seis golpes de diferencia respecto al segundo clasificado en el Open de Australia y todo hacía presagiar que conseguiría el torneo sin excesivos contratiempos, puesto que dependía de él mismo para ganar, pero entonces apareció Cameron Smith y revolucionó la jornada.
Ronda de 64 golpes (eagle, seis birdies y un bogey) para un jugador que es capaz de golpear la bola tanto a diestras como a zurdas, en ambos casos con idéntica efectividad. Ya había avisado cosechando hace un par de años el Campeonato Amateur de Australia y el pasado el Campeonato del Mundo por Equipos. Madera de campeón no le faltaba, pero nadie pensaba que fuese a arrebatarle al todopoderoso Day la gloria.
Aunque Smith empezó bien el torneo, fue perdiendo fuelle conforme avanzaban las jornadas y su desventaja de seis golpes debía ser colchón suficiente para Day y barrera insalvable para él pero ya se sabe que en el mundo del golf pocas cosas hay imposibles.
Al final consiguió imponerse por uno de ventaja respecto a Matt Jones y Jonas Blixt, logrando la clasificación para el Open Championship en Carnoustie.
Decir que finalmente Jason Day se fue a los 73 golpes, quedando en quinto lugar, con tres golpes más que Smith, mientras que en el octavo puesto quedó Jordan Spieth, el otro top del ranking que tomaba parte en la cita, con un acumulado de 278 golpes, a cinco del liderato.
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Fotos: Australian Open
