27 de abril de 2024

Scottie Scheffler y Shane Lowry comparten el liderato en Bay Hill

Scottie Scheffler estaba seis golpes por detrás, perdiendo terreno y casi perdiendo la cabeza en otro día difícil en Bay Hill Club & Lodge.

 

Lo que le salvó fue su putter – sí, su putter – que le permitió terminar el sábado compartiendo el liderato con Shane Lowry.

Scheffler, número 1 del mundo, embocó un putt en sus siete últimos greens, cuatro de ellos para birdie, para un total de 2 bajo par y 70 golpes. Lowry también se recuperó con dos birdies tardíos, uno desde justo fuera de nueve metros en el par-3 del 17, para un 70.

Estaban en 9-bajo, un golpe por delante del campeón del Abierto de Estados Unidos, Wyndham Clark, y todos ellos tienen una pequeña deuda de gratitud con Will Zalatoris.

Zalatoris llegó a tener una ventaja de cinco golpes sobre el resto, para hacer dos dobles bogeys en los últimos cinco hoyos que permitieron a todos recuperar terreno, y a otros – Rory McIlroy, por ejemplo – seguir con vida.

Rory McIlroy se ayudó inmensamente a sí mismo aprovechando el calor, la fuerte brisa y el talento, convirtiéndose en el primer jugador en pegar el driver en el hoyo 10, par 4. El hoyo tiene un dog-leg a la derecha de 401 yardas. El drive de McIlroy recorrió 365 yardas. Fue el primero de los seis birdies de los últimos nueve hoyos para un total de 30 que le dieron un 68 y le dejaron a sólo cuatro golpes.

En otro día caluroso en el que el margen de error en Bay Hill se reduce a cada hora, Zalatoris hizo un 32 en los primeros nueve hoyos y alcanzó el 5-bajo para el día con un putt de nueve metros para birdie en el once. Tenía cinco golpes de ventaja. En ese momento, Scheffler estaba a seis.

Entonces Zalatoris puso fin a 42 hoyos consecutivos sin bogeys al no salvar el par desde un búnker en el catorce. Eso fue sólo el principio.

Su drive en el 15 fue a parar a un búnker, dejando un terreno irregular y bloqueado por los árboles. Se fue al rough, golpeó a diez metros y embocó tres putts para doble bogey.

En el último hoyo, que tenía una bandera frontal, Zalatoris cogió un “flyer” desde el primer corte y se metió en un búnker trasero, dejando un golpe cuesta abajo en greens con hierba humeda y sin fricción. Volvió a la calle, lanzó a metro y medio y falló el putt.

Todos esos birdies al principio, el gran lío al final, se sumaron a un 71. Aun así, se quedó a sólo dos golpes.

«Obviamente, el final no fue lo que quería. Así es Bay Hill», dijo Zalatoris. «Sigo en el juego, por frustrante que sea terminar así».

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