Hace once años, Vaughn Taylor lograba su segundo título del circuito PGA y a partir de ahí, conoció tanto el éxito (jugar la Ryder Cup), como el fracaso (perder su tarjeta del Tour), pero ahora parece que ha vuelto y con ganas de quedarse.
Este norteamericano superaba a propios y extraños, a los favoritos al título y se imponía por la mínima en el AT&T Pebble Beach Pro-Am en una última jornada muy reñida y con distancias mínimas.
Su tarjeta de 65 golpes usando el putter como arma y basada en nueve birdies y dos bogeys fue suficiente para ascender siete puestos cuando nadie le esperaba y derrotar al gran favorito, Phil Mickelson, quien ya soñaba con un nuevo título en el que podría calificarse como su torneo. Además, este triunfo le permite clasificarse para el Masters de Augusta, algo que no le ocurría desde 2008.
Finalmente, Phil se conformó con la segunda plaza y una ronda de 72 golpes (cuatro birdies y cuatro bogeys), mientras que tercero fue Jonas Blixt, jugador sueco.
Jason Day, número dos del mundo, se quedó en el grupo de los decimoprimeros, al entregar su peor tarjeta, 73 impactos) y bajar tres posiciones, mientras que Jordan Spieth, el número uno del mundo, sí que mejoró, con 66 golpes, y recuperó 33 posiciones hasta el puesto 21 (-7).
