Los campos de golf han sido en los últimos años el blanco de muchas críticas sobre la falta de recursos hídricos en el sureste español. Ese problema es uno de los que ha llevado a un grupo de investigadores de la UMH, entre los que destaca Francisco José del Campo, a plantear la idea de construir un campo de golf de césped artificial. Así, en la universidad ilicitana se instaló hace dos años un pequeño campo piloto para determinar la viabilidad económica, técnica y medioambiental de un proyecto que fue financiado por la Generalitat Valenciana y la universidad.
Golf Confidencial El césped artificial no necesita nada de agua, no es igual que en el campo de fútbol, que, aunque sea poco, hay que regarlo antes de jugar. El césped natural de un campo de golf se podría comparar con lo que consume un campo de cítricos. Es decir, entre 7.000 y 9.000 m3/hm2al año, dependiendo de las condiciones y el clima en el que esté ubicado el campo. Toda esa agua se estaría ahorrando.
Los campos se riegan mediante aspersión y en la mayoría de los casos está controlado con un ordenador. El greenkeper sólo tiene que pulsar un botón para regarlo. Pero de todas formas, los campos tienen que estar siempre en estrés hídrico para conseguir unas condiciones óptimas para la práctica del golf.
En instalaciones pequeñas de pitch and putt, es aconsejable porque lo que más se utiliza es el tee y el green; pero en los campos de golf que tiene más de cincuenta hectáreas, no es aconsejable, ya que el material es muy caro y esas zonas ni tienen un riego excesivo, ni tampoco se tienen que cuidar constantemente. En ese caso, la solución es hacer un híbrido: que las partes delicadas y más costosas de mantener sean artificiales y las calles naturales.
El juego no cambia mucho. La diferencia la notan mucho más los profesionales. Ellos están acostumbrados a sacar chutleta para darle efectos a la pelota. Los amateurs no lo notan tanto porque le dan al suelo o la golpean directamente.
Hay dudas en el sector por cómo reaccionaran los jugadores, ya que no es seguro que un inglés quiera jugar sobre esas condiciones. Pero los greenkeepers decían que si esto se hiciese realidad ellos podrán dormir muchas noches, ya que hay zonas del campo como los green que necesitan cuidados permanentes, sin embargo, para el césped artificial con un cepillado cada tres meses basta.
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